Restaurante KOSKOL en San Sebastián

Reconozco que las expectativas no eran muy altas dado el precio del menú, 12,50€ el menú, San Sebastian es extremadamente caro. Pero salimos muy contentos, por la comida y por la atención. Gran variedad de platos donde elegir, primer plato, segundo plato, postre (varios caseros), bebida y pan. Botella de vino y botella de gaseosa, todo por 25 euros, ESPECTACULAR!!. Visita obligada cuando volvamos a la ciudad.

Los platos al empezar y al terminar. Un restaurante humilde, económico pero con una comida casera increíble para lo que nos han cobrado.2 copas de vino, esos dos platos y postre 24 euros. La camarera majísima, un amor y la cocinera igual. Si vas buscando un 5 estrellas Michelin y luego pones una reseña de 1 estrella, déjame decirte que, quien se equivoca, eres tú. Dan lo que prometen y muy bien.

La comida aceptable para el precio que es, 13€ el menú, cuando por la zona están sobre los 20€. El personal muy antipático, no hemos acabado con los primeros y ya nos están poniendo los segundos, van con mucha prisa, nos han hechado del restaurante sin apenas a ver acabado el postre.

Horrible. Me han traido un plato que no he pedido, encima insistiendo que yo había pedido lo que me han traido y no queriendo cambiarme de plato. La comida malisima: la pasta con un tomate malisimo, pasada de coccion y la carne picada que traia no era muy buena. En cuanto a segundos platos, todo venia muy aceitoso. El postre: el tiramisú comprado de bote, pero la natilla estaba muy bien (lo único que se salva).

La verdad es que no esperábamos mucho al valer 15 € el menú, ya que en los locales de alrededor los precios no bajan de 25 € el menú. Y hemos hecho bien, puesto que la comida se nota que no es cocinada al momento, pues no para de sonar el microondas a cada rato que sacan un plato y la mayoría de los platos llevan la misma salsa de tomate que a nosotros especialmente no nos ha gustado nada. Falta elaboración, ingredientes y que no sean recalentados, pero por el precio no puedes pedir más. Lo único que hemos podido comer bien es el postre.

Después de mucho buscar lo hemos encontrado, y aunque hemos esperado, ha merecido la ocasión. Estupenda la comida y el trato muy amable. Precio estupendo.

Sinceramente me da pena hacer una mala reseña porque la camarera fue muy amable, pero la cena fue de mal en peor.San Sebastián tiene fama de ser caro pero de tener restaurantes de muy buena calidad, por lo cual esto fue aún mas decepcionante aún. Empezamos por una botella de agua (del grifo) y otra de vino garrafón que venían ya abiertas y rellenadas, así que ni siquiera sé que es lo que bebimos exactamente.Seguimos con la paella que parecía congelada y las croquetas "caseras" que dudo mucho que no vengan del supermercado. El segundo plato fueron cuatro albóndigas en salsa de tomate mala de tetra brick y unas costillas de ternera que tenían un regusto a pescado, como si se hubieran mezclado los sabores en el congelador. Para colmo las patatas fritas estaban recalentadas en el microondas y demasiado grasientas, lo cual me parece una aberración porque se carga la textura crujiente que deberían tener las papas. Si en un restaurante no son capaces de freír unas papas fritas en el momento, ¿Qué estoy pagando exactamente?Esperábamos irnos con buen sabor de boca con el flan casero, pero el caramelo estaba quemado y amargaba bastante, y el propio flan casi no tenía azúcar, por lo que tenía buena pinta pero la verdad es que sabía a rayos.Una pena, porque veníamos a San Sebastián con las expectativas muy altas en cuanto a la gastronomía, y nos gastamos 28€ en dos menús recalentados en el microondas. Hubiéramos comido mejor y más barato yendo a la sección de congelados del supermercado. Una pena haber desperdiciado una noche en esta bella ciudad cenando peor que en un piso de estudiantes a final de mes.Resumiendo, para comer comida precocinada en el microondas mejor me la caliento yo en mi casa y me ahorro el dinero y el disgusto.

Platos con poca calidad y todo calentado en el microondas. Si pasáis cerca y veis buen precio en su menú...CORRED A OTRO LADO INSENSATOS!! Para poner algún ejemplo: La vinagrera tenía insectos en su interior, los azulejos estaban llenos de mosquillas que no paraban de dar vueltas alrededor de las mesas. El colmo fue que pedimos vino y gaseosa y nos sirvieron una botella rellenada con vino peleón en su interior y la gaseosa estaba ya por la mitad y sin fuerza. Os muestro el increíble "surtido de embutidos" made on Lidl. Lo dicho, pagad 3-4 euros más e iros a un sitio que al menos esté limpio.

Tienen un menú económico para la zona (12€) con gran variedad de platos. El "restaurante" es pequeño. Referente a la comida que sirven es nefasta.La paella es congelada y calentada en el microondas (para comprobar si está caliente la comida ponen el dedo dentro del plato sin guantes) , los pimientos rellenos de carne no lo son (eran rellenos de una pasta blanca) para colmo nos encontramos un pelo dentro del plato de pasta. Nos dejamos pan y la camarera lo cogió y los sirvió a la mesa de detrás.Lo único recomendable son los guisantes y la carne hecha al momento.Por lo que hace a las bebidas, la cerveza que sirven es de lata y dejan la mitad en la barra y las botellas de agua fria son rellenadas, las naturales por eso están sin abrir.Tema covid, la cocinera iba sin mascarilla, poca distancia de seguridad entre mesas y la limpieza de estas es escasa.El trato de la camarera respecto a sus compañeros de trabajo es lamentable.Sin duda es el peor sitio en el que he ido.