Kick-Off Luxury en Girona

Local limpio y con un diseño moderno. El bar más cercano del Palau de Justícia de Girona, por eso creo que tiene éxito. Llegamos sobre las 10, el local estaba a un 40% (unas 10 mesas ocupadas). Se veía a una camarera fuera y uno dentro (parecía el encargado). Creo que también había alguien en cocina. Después de 20 minutos esperando en la mesa decido levantarme a la barra, la camarera con bastante estrés y de malas maneras me dice que ya viene. Al poco viene y toma nota. Le hablamos en catalán y nos repite en castellano (entiendo que no sepa el idioma pero el tono que usó no fue agradable). Después de unos 15 minutos sin venir le hago un gesto al camarero de dentro, viene y nos saluda con un "hola guapa" mirando a mi pareja, me pareció de mal gusto. Le dije que llevábamos mucho esperando. Me dijo que ahora salía. La mujer que había al lado sonriendo nos dijo que llevaba más de 45 minutos esperando, que allí era así, era clienta habitual. Después de 10 minutos más se acerca otra vez la camarera y nos pregunta que habíamos pedido. Le decimos que ya no hace falta que nos traiga nada. Nos levantamos y nos vamos. Entiendo la situación, trabajo de cara al público y entiendo el momento de estrés y descontrol. Lo desagradable ha sido el trato y le prepotencia del dueño. Para llevar un bar no qualquiera vale. Tiene suerte de la localización pero no volveremos a ir.