Taberna de Lillas Pastia en Huesca

En Huesca, restaurante estrella Michelin. Tomamos el menú Carmen, suficiente para repasar el tipo de cocina que plantea. El local, sede del Círculo Oscense, Casino de Huesca, diseñado por Bonells, inaugurado en 1904, conserva los frisos y cenefas pintados y la arquitectura de comienzos del XX, el mejor edificio modernista de Huesca. Más allá de la incorporación de la trufa en algunos elaboraciones, los platos tienen una concepción clásica en la que nada sorprende.

El menú cambia cada temporada siempre girando alrededor de la trufa. El arroz es uno de los platos imprescindible. Gran bodega. Atención y trato de primer nivel. Sala clásica y elegante, en un lugar emblemático de la ciudad. Un restaurante referente en la gastronomía oscense.

Increíble el menú degustación que nos hemos comido, de una calidad y sutileza en el paladar, que compensa con crece los 75,00€ pagados incluyéndolo todo…Recomendable para descubrir esta experiencia culinaria única en Huesca capital. Reservar mesa con anticipación es casi obligatorio, de lo contrario te puedes quedar fuera.,,Una vez tranquilo después de disfrutar del excepcional menú, recomiendo la visita del Casino superior, una joya modernista que aún está actual para su gente..,

Para nosotros la experiencia fue muy buena.tanto la comida como el servicio. El chef salió a preguntar cómo había ido todo. La primera vez que tomábamos un menú degustación , la verdad es que la comida buenísima, 3 aperitivos, 6 entrantes,, 2 platos y 2 postres. Hemos salido hinchados pero muy satisfechos. Lo recomendamos

Tremenda experiencia.Cocina creativa sin perder la esencia, bello lugar esa esquina del Casino en el corazón de Huesca, trato impecable.Precio muy razonable para las 3h de comida; atención, cocina y lugar.

De un restaurante con estrella Michelín espero un 10 y nunca defrauda pero tengo sugerencias (no es la primera vez que vamos y repetiremos)Hoy, comida para 2, elegimos menú Degustación de Trufa ( 85€, a parte agua, bodega y cafés) Entiendo que ha sido elegido con mucho criterio y buen hacer.El aperitivo (galleta de encurtidos, macaron de anguila y tira de regaliz de remolacha), el capuchino (crema de trufa y cebolla con toque de caramelo) y el canelón de brandada y miel son platos dulces.El conjunto es que hay 8 platos dulces de 15 (incluyo el detalle final con los cafés).La anguila ahumada es un producto con mucho sabor y que por si sola está estupenda. Hay 3 platos que llevan anguila: el macaron del aperitivo, el cardo y las judias. Me ha resultado redundante. El cardo y las judias sin la anguila por si solas estaban increíbles pero con la anguila, sólo comías anguila.Destacaría, sin duda, el cardo con almendras (sin anguila), la patata trufada, la ventresca de atún y mandarina con yogur. Sensación de sabores espectacular.El servicio es estupendo y el local muy agradable.

Un lugar elegante y con mucha separación entre mesas. Puedes elegir entre 2 menús degustación (75€ y 55€) y la carta. Viendo el tipo de restaurante que es ya te imaginas que no solo se tratará de buena comida sino que cada plato tiene una historia y una puesta en escena particular. A su favor tengo que decir que no te quedarás con hambre, pese a ser platos no muy copiosos, son suficientes en número y cantidad de comida como para quedarte lleno. Creo que es difícil fallar con lo que elijas, en nuestro caso el menú Carmen. Estaba todo muy bueno así que solo 2 detalles: la sopa de cebolla llama la atención con todo lo que lleva alrededor y la merluza, a mi gusto, estaba poco hecha y me costó terminarla (puede q tuviera q ser así pero a mí no me hizo mucha gracia). Postre y café a la altura.

Muy buena comida, estaba excelente, una muy buena experiencia. Sin embargo, el servicio fue lento y las esperas entre plato y plato excesivas.

Fuimos un grupo de 10 amigos y nos colocaron en una especie de reservado, con lo que el sitio ya fue todo un puntazo.Elegimos el menú Carmen, todos y cada uno de los platos sorprende por su sabor y su presentación. Los camareros Diego, Juan y Lucas nos trataron muy bien y se preocuparon de explicarnos los detalles de cada plato.Espectacular el canelón de miel y trufa, relleno de brandada.Elegimos Enate 234 y La Miranda de Secastilla de Viñas del Vero. ¡Buena elección!Por poner una pega....como buena cervecera y tratándose de un restaurante de esta categoría, en el que se cuida al detalle todo, la cerveza no está a la altura. Pero es algo que ha de mejorar en tantos sitios...¡Repetiremos sin duda!