Mari-lin Café Lounge en Palma de Mallorca

No nos gustó nada. Las raciones escasas y caro. Pedimos pulpo y nos trajeron unas pocas rodajas que ademas estaban secas y duras. Sentados en la terraza tuvimos que soportar el ruido estridente de un guitarrista horrible que encima pide dinero. No volveremos nunca más. Nada recomendable por su relación calidad precio.

Poco acogedor,mucho calor y ruido ..

Muy bien localizado en el casco antiguo de palma, el servicio es rápido. Pero la comida no tira cohetes por el precio que piden.

Rulo de cabra con beicon muy rico. Tiramisú aceptable... pero bizcocho sin empapar en café. Pollo al curry sin sabor. Pizza margarita pasable. Atención perfecta. Lugar perfecto. Podría ser 5 estrellas si la comida mejora un poco.

Malo súper caro incomodo, es pésimo el servicio una caña 0,2 osea pequeña zurito de toda la vida 3€ , mesas incomoda fuera todos amontonados no te sientas tranquilo tienes que molestar a las personas para poder Centarte . Que engañen a los turistas

Fuimos a cenar 6 amigos, y mientras nos daban mesa entre al baño y la camarea pensando que no estaba consumiendo fue realmente borde, desagradable y muy mal educada, por lo que decidimos irnos a cenar a otro restaurante donde encontramos personal amable y simpatico,NO QUEREMOS PERSONAL TAN ANTIPATICO EN NUESTRA CIUDAD..........PORQUE VIVIMOS DEL TURISMO y estamos hartos de gente mal educada.

Fuimos a tomar una copita y nos levantaron enseguida porque dijeron que esa mesa estaba reservada para cena, sin previo aviso. Fue muy desagradable , el dueño es un poco prepotente...................no volveremos mas, serà por bares en Palma...................

Lo que peor sienta es cuando se recogen las mesas de la terraza a una hora demasiado temprana para todos quienes deambulan por la vieja ciudad de Palma, tales el caso de Mari-lin, y no es precisamente por voluntad propia, sino por las ordenanzas municipales que desean protegerr a muchos de los incomodos sonidos de la calle, y no siempre a gusto de quienes las pasean y desean sentarse a tomarse una copa con la mayor moderación y menores molestias para el vecindario.El Mari-lin representa un referente, para quedar, cenar y tomar algo en un entorno privilegiado, y si a eso le añadimos el exquisito trato recibido por el personal de servicio, que suele quedarse con las caras y con lo que degustan y beben, para después buscar la complicidad de esa sonrisa con la que te atienden, es para añadir un comentario, dejándolo de momento con un adíos y hasta muy pronto.

El personal muy borde.Ibamos a sentarnos a tomar algo, pero cuando a mi hijo de 10 años le negaron la entrada al servicio pensando que estabamos de paso nos fuimos al bar de enfrente tanto a beber como ir al baño; Un bar no tan "cool", pero mucho más barato y con un personal mucho más simpático y humano.Tenemos que ser personitas...