Casa Rural Aromas Del Oza en Ponferrada

He degustado una de las mejores chuletas de mi vida. El rabo de novilla también estába esquisto. El trato personal y la atención fue muy bueno y entorno impresionante, tanto el pueblo como la sierra donde está ubicado. Para mi totalmente recomendable y por supuesto que volveré.

Hemos comido de lujo, todo casero y bueniiiisimo. Espectacular. La atención de 10 y la calidad de 12. Además el pueblo precioso y sus gentes súper amables. Súper recomendable, paisaje maravilloso. Para repetir👍👍👍👍👍

Fui a comer con una amiga y nos trataron genial. La comida súper rica y muy bien de precio, todo casero. Destaco la cecina y la tarta de queso, brutal. Los tres camareros que nos atendieron, dos chicos y una chica muy agradables y educados. Mucha paz se respira, totalmente recomendable.

Comimos en familia. Nos pusieron en el balcón, mesa pequeñita pero bien. Las croquetas no son las mejores aue hemos comido pero aprueban. La chuleta de ternera, chuletillas de cordero y ensalada muy bien. Buen producto. Lo mejor las mollejas, que aunque algo caras, están buenísimas!..4 refrescos, dos postres y dos cafés, 86€. Pagas que estas en un pueblo precioso. Merece la pena.

En un entorno precioso e irrepetible, unos de los pueblos más bonitos de España.Raciones, más que abundantes. Magnífico el canelón de morcilla con miel y frutos secos y las croquetas de rabo.y el precio, bastante razonable

A pesar de llegar bastante tarde pudimos comer sin pegas.Los hombres que nos atendieron muy simpáticos.Pedimos el canelón de queso y cecina de entrante, estaba súper rico.Por otro lado, de Segundo pedimos rabo, el cual estaba muy tierno; y lubina en hojaldre que para mi gusto muy seca y el hojaldre llega a cansar bastante.Nos esperábamos más de la tarta de castaña.La terraza donde comimos era ideal para ver el maravilloso pueblo.

Espectaculares vistas desde la terraza de los montes Aquilianos. No menos espectacular es el guiso de rabo de novilla y las peras al vino tinto. Inigualables!!

Mi mujer entró en el establecimiento saludando y preguntando si vendían helados... La 'responsable' no solo no saludó, sino que, mientras mantenía su cara airada, contestó secamente 'No' sin dignarse siquiera a mirarla a la cara en ningún momento y actuando como si alguien hubiese entrado en el local para molestarla. Al margen de la mala educación, se supone que el Valle del Silencio podría inspirar cierto estado de ánimo de reposo y gentileza. Sin duda, ella misma contribuye a que este espacio acabe colgando el mismo cartel de 'Se Vende' que otras casas adyacentes.

Fantástico restaurante para degustar comida casera con mucho sabor en un paraje maravilloso con unas vistas inmejorables.100% recomendable