La Tagliatella - El Ventanal en Colmenar Viejo

Hacía tiempo que no iba, pero la vuelta ha sido por la puerta grande.El local estaba bastante lleno, pero por suerte había suficientes camareros por lo que no esperamos más de lo normal (local casi lleno y gente en terraza)Nos atienden de forma correcta y educada, preguntamos alguna duda y el chaval va a cocina para resolverla de forma correcta y finalmente nos trae la comida, la cual estaba muy muy buena.Voy a intentar adjuntar una foto, ya que la Calzone Toscano creo que se llamaba, merece la pena verla, pero aun mas probarla.

Amplio local luminoso.Amabilidad muy mejorable en el caso del reponsable.La comida muy rica y generosas.Pizzas de Masa fina , seca crijiente. calidad buena.Paciencia pues 15 min para tomar nota de las bebidasMejorable la presentación del Agua con gas sin tapón que pierde gas y trazabilidad.Sorpresa pues no recogen los papeles del suelo y parece basura en el pasillo .Baños amplios y limpios.

Este restaurante no hace honor a los taglatiellas . De todos a los que he ido este es el peor con diferencia.La atención pésima. Excepto una chica que era un encanto, pero como camarera necesita estar un poco más atenta. Porque se le pide las cosas y nunca llegan.

Llegamos nos tardan en tomar la bebida 15 minutos, cuando la pedimos ya teníamos decidido lo que queríamos comer y nos dicen que nos esperemos 5 minutos que esta la comanda muy llena, pasan otros 15 minutos y no vienen a tomarnos la comida, decidimos pedir la cuenta para irnos y ni una disculpa. Una vergüenza y el camarero un mal educado, prepotente y con una falta de profesionalidad abundante. Por no hablar del encargado que no hizo nada al respecto.

Sábado noche, 22:30, 5 personas para cenar, nada mas entrar nos dice una camarera morena que en 10 minutos cierra la cocina...Pedimos rápido, nos deja los cubiertos para que nos los coloquemos nosotros, nos sirven la cena, pedimos pan y la respuesta es que no pueden ponerlo ya que la cocina ha cerrado...Nos ponen la cuenta de una manera un tanto grosera y apagan las luces de la terraza.Personal con muy pocas ganas de trabajar y grosera la camarera, solemos ir a otras tagliatellas y el trato del de Colmenar deja bastante que desear al igual que las calidades de la comida, en otras es mucho superior.No volveremos, ahora entiendo porque había solo dos mesas mas.

Fuimos ayer viernes, y nos comentó la camarera de mala manera nos dijo que no había pizzas, y que no nos iba a dar tiempo a cenar porque la cocina cerraba pronto. Hasta ahí vale.Venimos hoy sábado porque nos quedamos con las ganas, entramos y el camarero no es especialmente amable, no nos acompaña a la mesa. Pedimos las bebidas, nos la trae una camarera morena, y le comento que se ha equivocado con una de las bebidas, si le la puede cambiar. Mira de malas maneras y se la lleva, trayéndonos de vuelta la bebida correcta pero dejándola en la esquina de la mesa de malas maneras.Le preguntamos si le hemos hecho algo para que nos trate así, y responde de malas maneras, que ella es así.Nos hemos levantado y nos hemos ido, ya que no nos parece aceptable que nos traten así.Señores gerentes, responsables o quién sea. El nivel de servicio de este restaurante es pésimo, y se nota tan solo viendo el resto de restaurantes alrededor llenos, y este medio vacío. Si no ponéis solución a la actitud de los trabajadores que tenéis dentro de poco no tendréis público ninguno.

Hacía unos meses que no lo visitaba y me ha decepcionado un poco. Poco público y hasta la comida me ha parecido que ha perdido en calidad, frescura y la manera de hacerlo. Suelo pedir el mismo plato y me ha decepcionado bastante. Espero vuelvan a retomar el ritmo y recuperar la calidad de antes.

La atención de los camareros fue de 10 y la comida estaba deliciosa. Las pegas que le pondría fue el precio que es un poco más alto de lo que estoy acostumbrado y que la provoletta que comimos era muy escasa por 10€

Deberían contratar a más personal por lo menos para los fines de semana que se llena. La camarera que nos atendió muy amable y atenta, pero como cualquier otro profesional tiene un límite de capacidad, no se pueden atender convenientemente tantos comensales. La comida buena, en la linea de La Tagliatella.