Ferretería by EGO en Madrid

ComenzamosServicio:Nos atendió dos chicos muy majos y atentos siempre ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️Comida:Nos gusto todo menos el Torreznos, no estaba tan a nuestro gusto, la comida era de primera y calidad precio excelente ⭐️⭐️⭐️⭐️Servicios y ambiente:Los baños limpios, la decoración es muy linda, la temperatura del lugar estaba perfecta para ser verano ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️Lo único que una chica delgada al parecer no tenía muy buen día y estaba un poco de mal humor. (No nos atendió pero no daba buena imagen). Esperemos que laPróxima vez este mejor.Nos encanto ❤️y volveremos. 😉😇

Muy buen restaurante en el centro de Madrid. Ideal para disfrutar de una cocina de alta clase con el tocó informal. La comida es excelente y el servicio de lo mejor. Los precios son un poco altos, pero nada fuera de otro mundo. El sótano es perfecto para reservas en grupo y muy fresco para los días calurosos del verano.

Paramos a tomar algo rápido, un picoteo vamos. No teníamos reserva y fueron súper amables, nos informaron del tiempo disponible hasta que llegara la reserva y nos habilitaron la mesa.Tomamos unos tintos de verano, ensaladilla y ahora no recuerdo qué era lo otro. Me suena que eran croquetas de morcilla o algo así y las recuerdo interesantes.Muy probablemente volveré para comer o cenar y dejarme sorprender por su oferta.El servicio en mesa atento, diligente y con buenas sugerencias.

He ido a comer en la zona de bar y a cenar en el restaurante. Nos gustó bastante, servicio mejor en la zona del restaurante que en la zona de bar. Las croquetas de jamón nos encantaron y el chocolate en texturas rico, aunque la foto de este postre que subieron en abril del 21 en su perfil de instagram y lo que en realidad nos sirvieron no tiene nada que ver (ver la foto que hice). Rica también la costilla. El restaurante es muy bonito y las obras de arte le dan un toque muy top, las dos mesas frente a la cocina son interesantes pero el trasiego de camareros y las voces de los cocineros pueden incomodar. Repetiremos!

De los mejores restaurantes a los que hemos ido, es cierto que es un poco caro, pero la calidad es muy buena y el trato espectacular.Este restaurante es único, tiene diferentes zonas, podrás ver desde la entrada decorada como una antigua ferretería del siglo XIX, a obras de arte contemporáneo, y hasta una cueva del siglo XVI que es donde comimos nosotros.Un sitio que te hace sentir especial y que la comida está increíble. No te pierdas la cecina, los torreznos ni la carne.

Recetas tradicionales pero con un toque elegante e innovador. El sitio tiene un gran estilo y buen servicio a la mesa. Una experiencia gastronómica!Pedimos para compartir:Tinto de verano 6€Croquetas de jamón 3€ cada una, estaban suaves por dentro pero crocantes por fuera.Patatas bravas 6€, viene con dos salsas muy ricas y las papas crocantesRejos con mahonesa tibia de lima, media porción 8€, no se debe dejar enfriar y fue de mis favoritosTarta de queso flambeada y caramelo salado 8€, suave y com notas dulces y saladas*El pan que te ofrecen(blanco o integral) lo cobranLos platos fuertes están en un promedio de 25€ - 35€. Un poco costoso para mi budget por eso optamos por las opciones para compartir pero también porque vi que eran las más típicas de la región.

No esta mal el sitio. La experiencia muy gratificante. El trato muy bueno. El personal es atentisimom La comida rica. Personalmente lo mejor las croquetas de jamon y cecina asi como el chuleton y el pulpo. Lo demas, muy rico, pero personalmente, creo que se puede mejorar. Pero como digo experiencia muy buena y desde luego volveria. Me queda mucho por probar 😀

Un lugar estupendo para cenar. Una apuesta segura en la que no te equivocarás y si invitas a alguien quedarás de 10. Es toda una experiencia desde el inicio, los camareros hacen una atención espectacular y el sitio es maravilloso, todo un museo. Lo único que quitaría del menú es la tarta de queso con caramelo salado. Por lo demás 100%recomendable. Eso si ve con reserva.

Interesante y original local que ocupa una antigua ferretería convertida en restaurante. La decoración de las salas justifica por sí misma la visita. Pero por encima de la decoración destaca la propuesta gastronómica, en una carta escueta, pero intensa, llena de platos tradicionales con una presentación vanguardista. No puedes perderte las croquetas. Haciendo la experiencia redonda, el local es atendido por un equipo de personas amabilísimas y muy simpáticas. Un sitio para volver una y otra vez.