Skina en Marbella

Anoche cené allí, un lugar muy pequeño, apenas 5 mesas. La comida y la bebida excelente, al igual que el servicio.

Un dos estrellas que no sé si las merece o no, pero personalmente espero más de un dos estrellas en todos los sentidos. Lo que sí sé es que es muy caro para lo que comes. El sitio es pequeño y entiendo que tiene que tener esos precios para mantenerse, pero para el comensal no merece la pena participar de ello ni de lejos.Éramos 6. Pedimos el menú corto y salimos a 300€ cabeza: 220€ por la comida, 30€ por bebidas (excesivo para 1 zumo de tomate y 1 cerveza más agua) y 50€ por el vino. 300€ en total por dos botellas de vino de las que 3 personas tomaron una copa, el resto entre los otros 3. Vinos con el precio triplicado respecto a su precio directo, totalmente fuera de lugar y lo único que sí fue como esperado de un estrella michelín, allí donde menos valor aportan.Estuvimos en agosto, plena ola de calor. En la reserva no nos indicaron que la mesa era fuera y al llegar nos encontramos con que así era, en medio de la callen en la esquina por donde pasaba todo el mundo. Menos mal que era cena pero igualmente el calor que pasamos hizo muy incómodo el rato. No estoy echando la culpa al restaurante de que haga calor, pero sí de que no avisen y asuman que para el cliente es lo mismo comer en la calle que en la sala. Además debajo de la mesa pasa un conducto de agua y olía a alcantarilla desde el principio. Por ahora el entorno muy mejorable.El servicio amable y atento, pero algunos parecían estar al nivel de un dos estrellas. En varias ocasiones tardaron más de la cuenta entre platos, y hubo una transición en concreto en la que parecía que se habían olvidado de nosotros porque por ahí no apareció nadie mientras los platos terminados estuvieron en la mesa durante un rato largo. No había alguien pendiente de la mesa en todo momento, y eso que no llega a 4 - 5 mesas, ese día 3. Otra vez muy por debajo de lo esperado y sobre todo de lo que pagas.Lo más importante, la comida. Lo que esperábamos y queríamos que nos compensara el mal detalle de la mesa y un servicio que no sobrepasa la media resultó ser un menú que estaba bueno pero sin sabores que nos sorprendieran ni nos parecieran excelentes. Nos pareció un menú muy estándar, la sensación era de estar en un piloto automático para cumplir con el menú típico en lugar de hacer algo único y diferencial que realmente merezca las dos estrellas. Algunas elaboraciones vistosas para complementar platos de buen producto y buena preparación, pero nada de lo que te lleves un recuerdo especial. Todo esto lo exijo no solo por el precio sino porque es lo que venden en la web: frases de venta como “maximizando las sensaciones y el factor sorpresa en tu experiencia” o “Un nivel de cocina y servicio diez de diez. En Skina, no nos conformamos con excelente. Si no es “extraordinario”, no lleva el sello Skina” no se cumplen aquí. Definitivamente entonces esta cena no llevaba el sello.Disfruto mucho comiendo y pagando en sitios que lo merecen, pero la relación calidad precio debe ser siempre buena o muy buena y este es uno de esos restaurantes que te hace pensar si estás haciendo girar una rueda que no tiene sentido. No todo vale 300€ porque tenga estrellas michelín.

Nos hemos comido el menú producto de temporada con maridaje, fuimos 3 personas y la verdad es que ha sido una experiencia única, cada uno de los platos con el vino, la decoración, el sabor y la atención de los camareros 10 de 10, además el dueño muy cordial y es un ÁS con el vino.

La verdad es que nos llevamos una grata sorpresa nada más entrar porque el local es muy acogedor. El servicio fue impecable y nos hicieron sentir muy a gusto en todo momento. En cuanto al menú, muy acertado todo. De los bocados del aperitivo el que más nos gusto fue el de anguila ahumada, después vino el gazpachuelo que nos sorprendió que fuera frio pero estaba muy bueno. Luego vinieron unos espárragos blancos que nos encantaron, porque sin ser nosotros fans de ese producto los prepararon de tal manera con un toque cítrico que estaban buenísimos. El risotto de payoyo riquísimo también y te lo sirven desde el interior del propio queso. Luego vino la lubina que estaba espectacular también con un sabor a mar increíble debido a las algas y el erizo. El pato estaba también perfecto y los dos postres buenísimos ya que no somos fans de las cosas excesivamente dulces y estos postres tenía un toque ácido muy bueno. En resumen, un sitio 100% recomendable al que debes ir si visitas Marbella.

Increíble, el restaurante todo detalle, 4 únicas mesas, atención de 10. Los platos y su maridaje perfectos. Totalmente recomendable como una experiencia única.

No solo disfrutar sino apoyar y estar a gusto a los emprendedores en nuestra zona donde vivimos que con tanto esfuerzo, dan todo por darnos el mejor servicio y de alta calidad, simplemente gracias!

Magnifico. Una experiencia gastronómica en todos los sentidos. El trato es exquisito y la comida también. Uno de los comensales tenía una alergia alimentaria y adaptaron el menú perfectamente.El local solo tiene 4 mesas lo que lo hace íntimo y tranquilo. Le doy un 10.

Bien situado a poco más de 300 mts. De la plaza de los Naranjos, pequeño y a la vez muy acogedor , los aperitivos de la casa muy buenos y el menú degustación un auténtico acierto , maridaje perfecto servido por el propio Marcos Granda , un experto , con vinos elegidos cuidadosamente entre los mejores .Los platos un auténtico festival culinario tocando todos los gustos y placeres para el comensal y terminando con estupendos postres , que decir de esas milhojas de chocolate .Un acierto !! Volveremos .

Rinconcito en el casco antiguo de Marbella. Fuimos antes de la segunda estrella Michelin. Tienen una gran cocina, con mucha esencia andaluza y toques de arte. La propuesta es aparentemente sencilla pero en el fondo muy sofisticada. Me sorprendió la perfección en el punto de todos los platos. La gran pega es el local, con mucha estrechez en sala. Quizás demasiado precio por la experiencia general.