Bar Carlos Alberto en Sevilla

Buena ubicación, cerca de estación de trenes de Santa Justa.Buenos desayunos, variedad de panes, calidad en los productos que utilizan para los desayuno, sobre todo en el jamón.Mucha variedad en sus tapas a buen precio y están muy buenas.100%recomendable

Se desayuna bien, pero los camareros pasan mucho de ti. Nos sentamos en la barra u la chica además de estar súper estresada si le pedíamos algo nos decía que nos levantaremos para cogerlo.

Está obligada si vienes por Sevilla o antes de coger el tren para comer.Simpatía buenas tapas y a un precio increíble

100% honestidad en la propuesta, todo ocurre como se lo anuncia. Faltó para la 5ta estrella un mozo más joven (no de edad, de ganas) al mediodía.

Comida caseraPlatos combinadosBocadillosTapasRacionesPlatos especialesMuy cerca de la estaciónMerece la pena andar dos minutos para comer mejor que en la estación

Mi bar cuando viajo por trabajo a Sevilla, ensaladilla rusa, gambas cocidas, carrilleras y solomillo al whisky mis platos preferidos!

Ni de coña vuelvo. Del barrio de toda la vida. Digno de un caso de Chicote. Camarero recriminando a compañera de malas maneras y todo el bar mirando. Espectáculo.El café especialmente horroroso. Dolor de estómago asegurado.De donde tienen gente?. De los viajeros despistados.Pido un pan para desayunar y me dicen Prieto o Mollete. Obviando las maneras del camarero, luego, entra un cliente preguntando por el tipo de pan y le dicen además que tienen Andaluzas. Lo que había pedido al principio y que me dijeron que no podía ser.En resumen. Un lugar para olvidar y no entrar más. Hay sitios mejores en trato, servicio y calidad del desayuno.

Variedad de tapas, buenos precios y cercanía a la estación de Santa Justa.Nos atendió una chica joven muy desagradable.A la gente nos encanta comer y más en una terraza como la vuestra al aire libre pero también nos gusta que nos traten bien.

MUY BARATO! La terraza tiene solecito totalmente y eso la hace estupenda para tomar una cervecita. La comida se nota que es casera, las croquetas magníficas y el lomo al whisky realmente bueno y la textura de la carne nos ha encantado. Muy atentos en el servicio los camareros. Lo único malo es la poca variedad de carta de la que disponen. Solo unos cuantos platos en la pizarra y ya está. Tambien querían ofrecernos una sangría recién hecha al momento, sin dejarla reposar, lo cual indica que no saben muy bien como va el procesado y la elaboración...Pero por lo demás, muy bueno todo. Volveremos cuando vengamos a Sevilla otra vez