Nazca Sevilla

Fuimos un sábado a comer, el sitio es súper ruidoso. Los camareros muy amables pero sólo uno de ellos puede coger la comanda, por lo que tienes que esperar.La comida está rica pero abusan de las salsas, por lo que muchos platos saben a lo mismo. Ceviche de leche de tigre es espectacular.El sushi es mejor no probarlo. El Mediterráneo, insípido. El de chicharrón, sabe a salsa por la gran cantidad que lleva.El tartar de atún buenísimo.Yuca frita, insípida, con la misma salsa que todo lo que he hablado anteriormente.Bao de carrillera muy rico.Pedimos de postre el helado de limón, dejamos el 90%. Helado insípido con sirope de limón.Hemos hecho el check en este sitio y no volveremos.

Una experiencia muy negativa. Pido como 5 platos y como no ponen ni unidades en la carta, ni tampoco te informa el camarero sobre las cantidades, pues te vas con hambre evidentemente. Considero que si el camarero ve que dos personas piden “x” cosas y van a venir cantidades ridículas, tipo dos nigiris, un pan bao enano situado en la sección de la carta donde pone "para compartir", y 4 gyozas, pues que me informe de que viene poca cantidad, ya que en la carta tampoco figuran las unidades, y si tengo que preguntar de cada plato nunca acabo. Y eso es otra cosa: la carta. Al parecer había mas de una, pero solo hemos visto una y por nuestra cuenta porque no nos han dado ni una. Parecían no dar a basto. Te cobran un pan que no pides y no quieres consumir, pides la cuenta como 3 veces con datáfono y te la traen sin él. Y mi mesa no era la única quejándose de las cantidades y la falta de información porque ante el poco espacio entre mesa y mesa era imposible no escuchar o ver lo que hacía el de al lado. En fin, es la segunda vez que venia y repetía porque el año pasado lo disfruté muchísimo en todos los aspectos, pero esta vez se ve que ha cambiado todo y no lo recomendaría por nada del mundo.

Experiencia muy mala. Literalmente vi como un cocinero cogía un trozo de comida de un plato, que iba a ser servido, y una vez mordido lo mojaba en la salsa del mismo plato que posteriormente fue servido en una mesa. Además, te sirven el pan sin pedirlo y te lo cobran. El servicio parecía algo caótico y las mesas, que prácticamente comías con el extraño/a de al lado como si fuera amigo tuyo de toda la vida.

Buenísimo todo!!! Los makis y niguiris, el ají de pollo, la yuca… muy rico! Y un servicio bueno.

(La mayor parte de las reseñas positivas de este establecimiento son anteriores al cierre del antiguo Nazca, esto es engañoso)Sencillamente, decepcionante. Muy decepcionante. Desde hace un tiempo nos apetecía volver al Nazca y disfrutar de una buena cena y de la tranquilidad del antiguo Nazca. Lamentablemente en esta ocasión, ninguna de nuestras expectativas fue cubierta, es más, salimos de esa fiebre megalómana con la certeza de no volver nunca más.Pedimos kimushi de pez mantequilla, ceviche y una bandeja de sushi y maki básica (menos mal que nos quedamos con esta y no pedimos más), si vas buscando sushi y maki, sencillamente no lo verás por ningún sitio."Bolondrones" de arroz empastado acompañados de una salsa pésima, uno de esos emplastos era simple puré de patatas con pulpo... ¿sushi?, Por supuesto, no fuimos avisados en ningún momento sobre esa pretendida reinterpretación de la cocina japonesa.Mientras escribo esto, me reafirmo en la sensación que ayer me acompañó durante toda la cena: local pretencioso y megalómano con dos cartas distintas de dos locales distintos, la apariencia engañosa de te vendo sushi, pero es otra cosa, te reservo en la terraza, pero la terraza es un local cerrado. Te vendo que soy el Nazca, pero del Nazca lo único que queda es la maquetación de la carta.Lo dicho: si quieres probar el emplasto de arroz con salsa, por tu salud, pregunta que lleva.Si quieres hablar a gritos porque el local está abarrotado de mesas en una nave inmensa y el ambiente es más propio de una caseta de feria que del antiguo Nazca. Es tu sitio. Ahora bien, si quieres cenar cocina japonesa-peruana en un sitio agradable, huye de este esperpento de Chifla-Nazca-Duo tapas.Una pena, huye.

No esta mal, pero antes estaba mejor y me parece caro para la calidad del sushi que comí...pedimos una bandeja de sushi (24€) con 16 piezas, a 1.5€ la pieza claro. El sushi con muchas salsas, que si mostaza, que si mayonesa, que si salsa rosa...mucha salsa para tapar el sabor del sushi, no me pareció que supiese a nada salvo a la salsa que llevaba. El arroz me parecio que estaba pasado y no sabria decir que llevaba ninguno en el interior, ya que solo sabia a la salsa que llevase por encima....de hecho esa noche se me repitió bastante el sushi por culpa de esta ingente cantidad de salsa...el pan bao estaba rico, pero tampoco nada del otro mundo.

Fuimos para probar comida peruana y la verdad que no estaba mal. Fusionan estilos sin conseguir casarlo de forma que te explote el paladar. Pisco sour casero. Pongo 5 estrellas porque fuimos sin reserva y nos hicieron un hueco.

Increíble fusión gastronómica asiático-peruana o, como dicen los entendidos, nikkei.Atención y servicio de 10.Muy buena relación calidad precio.Si viviera allí iría de forma recurrente.Me sorprendió especialmente los niguiris de chicharrón, ya que eran más diferentes a las versiones asiáticas que había probado.

Una noche increible! El camarero muy atento, nos ha recomendado un mejor ceviche y el mejor vinito! La comida un 10! Todo genial! Volvemos