Pastelerias Mauri en Barcelona

Es la primera que vez que vengo y reconozco que el café, la ensaimada y el sitio es maravilloso. Pero la atención al público de la terraza es pésima.Mucha antipatía y maneras de contestar nada aceptables.Por lo que creo que es necesario mejorar.

El sitio es muy agradable, antiguo y delicado. En el mostrador hay muchas opciones para elegir y la verdad tanto lo salado como lo dulce está muy bien . Lo que es discreto para abajo es la atención . Le resta a un lindo lugar con buenos productos .

Además de tener unos dulces y unos pasteles exquisitos, tienen carta de restaurante donde se puede comer todos los días de la semana, de lunes a domingo. El servicio es excelente y los camareros son muy amables, las dos veces que hemos ido hemos salido muy satisfechos. Un sitio excelente donde tomarse un café y un pastelito.

Postres increibles Y tradicionales.Local muy agradable.He visto muchos comentários negativos por los Camareros, pero la verdad es que conmigo ha ido todo genial.

Los sándwiches siguen siendo buenos, los dulces regulares. El servicio de camareros es malo. Las señoras mayores que pululan por la caja y por el local deben de ser las dueñas y deberían saber qué hay que renovar las mesas, la vajilla, etc porque da pena todo el menaje, viejo y sucio. El trato es meramente correcto. Estos días con el calor no se podía estar dentro sentado de lo incómodo. Pedimos que por favor pusieran el aire, las señoras mayores se miraron el esmalte de las uñas y después de dilucidar entre ellas y hacer números accedieron a regañadientes. Una pena. Se nota que les cuesta invertir en el bienestar del cliente. Yo no vuelvo

La pastelería es buena en general pero no os pidáis el croissant normal porque su masa no se asemeja a lo q se espera d un producto Mauri. En cuanto al cortado, falta crema en su leche. En resumen: elegid cualquier otra cosa q no sea un cortado + 1 croissant.

Desayunos increíbles, el chico de la barra de fuera, no puede ser mas maleducado e impertinente, pocas ganas de atender y al hacerlo francamente desagradable. Ocurrido la Mañana del 15 de septiembre a las 11. 10. Último día que me ha atendido con este talante, van varios Lastima… se come divino!

A pesar de paso de tiempo, mantienen el liston muy alto. Sus pasteles siempre son frescos y increíblemente buenos, la variedad puede impresionar a cualquiera. Los camareros Pablo y Toni son un amor, te sientes como en casa y no dudes pedir recomendaciones para elegir. Muy recomendable.

Fui con unos amigos a merendar y me encantó. Mantiene la esencia de las pastelerías y cafeterías de siempre. Los dulces riquísimos, en mi caso el croissant de chocolate blanco estaba muy bueno. Repetiré.